jueves, 10 de enero de 2013

IGLESIA SANTA MARIÑA DE AUGAS SANTAS-I

Al visitar  Santa Mariña de Augas Santas,  no solamente podremos disfrutar de una preciosa y coqueta iglesia de orden Románico, sino también de un conjunto de edificaciones como la Basílica de la Asunción y el horno donde según la tradición fue quemada la Santa. Así mismo, culminan el conjunto el antiguo Palacio episcopal, que actualmente cumple funciones de Casa Parroquial, y la fuente de la Santa.
A través de la Carretera Nacional 525 o por medio de la Autovía Das Rías Baixas A52 se llega a la villa de  Allariz. Una vez allí, debemos tomar la Carretera Comarcal OU-0101 que nos guiará directamente hasta la localidad de Santa Mariña, donde se encuentra el conjunto arriba referido y presidido por la Iglesia.
 


 

 
 

La localidad de Santa Mariña es la imagen del típico pueblo del interior gallego. Sus tradicionales casas rurales con galerías y dependencias para los animales, sus calles angostas. Todo ello rodeado de un bosque frondoso conforman un precioso conjunto con la iglesia y demás edificaciones.Los orígenes de la Iglesia están ligados a la vida de Santa Mariña, mártir gallega. La tradición nos ha transmitido la siguiente leyenda referida a la Santa: Mariña ,nacida en el S.II A.C, era hija del prócer romano Tébulo,. Éste dejo a su hija al cuidado de una campesina de la localidad que profesaba la fe cristiana, educando ésta a Mariña en dicha fe. Al enterarse el prócer de ello, abandonó a la pequeña dejándola con la campesina. La niña se convirtió en una joven de gran belleza de la cual se enamoró el prefecto romano Olibrio, quien intentó seducirla sin éxito alguno. Ante el rechazo, mandó prenderla y ordenó para la joven diversos tormentos. Comenzó por una tortura con hierros ardientes con el fin de quemar la carne de la santa. Sin embargo, las heridas que le fueron causadas sanaron milagrosamente. Posteriormente, ordenó que ataran a la futura santa de pies y manos y la sumergieran en un pozo de agua, del que la joven salió milagrosamente. El tercer suplicio consistió en meter a Mariña en un horno caliente. Pero esta vez fueron las milagrosas manos de San Pedro las que sacaron del mismo salvándola de tan horrible tormento. Finalmente Olibrio, encolerizado, decidió decapitar a la joven. Según la tradición, tras ser separada del cuerpo, la cabeza de la santa rebotó tres veces en el suelo haciendo manar una fuente en cada uno de esos lugares.

 

El Horno donde fue quemada la santa se encuentra muy cerca del Santuario. Se llega al mismo a través de un camino pedregoso a través del bosque que desemboca en una calzada romana. El acceso a dicho horno es complicado, a través de unas empinadas y estrechas escaleras, bajo la Basílica de la Asunción, a escasos kilómetros de la Iglesia. Se trata de una basílica que se comenzó a construir a finales del S.XIII en estilo románico pero que quedó inconclusa, coincidiendo con la desaparición de la Orden del Temple a comienzos del S.XIV quienes promovieron su construcción. En el año 1955 fue declarada conjunto monumental.

 

Se encuentra constituido el horno por tres estancias. La primera y segunda cubiertas por una bóveda de cañón apuntada. Una puerta semicircular decorada con dos dragones a ambos lados da acceso a la segunda estancia. Al fondo se encuentra la tercera, el horno propiamente dicho, cubierta por una falsa cúpula. En ella podemos ver una abertura a modo de chimenea, por donde cuenta la tradición que salió la Santa.

 
Como ocurre con muchos templos, la iglesia actual es el resultado de diversas construcciones a lo largo de varias épocas. Está ubicada en un lugar considerado sacro por el martirio de la Santa. La primera construcción data de la época Constantiniana. Posteriormente, en los albores de la Reconquista, se levantó una iglesia de mayores dimensiones que la anterior. Finalmente, fueron los Canónigos de San Agustín quienes comenzaron la construcción del actual Santuario, aunque no remataron su obra. Los Caballeros de la Orden del Temple concluyeron el mismo sustituyendo a los anteriores en el S.XIII. Con la desaparición de Orden Templaria, los Agustinos volvieron a hacerse cargo del Santuario, ya en el S.XIV.

 
Se considera que la iglesia fue construida entre finales del S.XII y comienzos del S.XIII, con arreglo al estilo cisterciense, y muy influenciada por la cercana Iglesia de Xunqueira de Ambía. Pasó el santuario por diversas manos tras la desaparición de la Orden del Temple. Formó parte del patronato regio, quien lo cedió a los benedictinos del Monasterio de Celanova. Sin embargo, y finalmente, Felipe II decidió incorporar nuevamente el santuario al patronato Regio, pasando en el S.XVII al servicio del Obispo de Orense, hasta que en el S.XIX se convierte en casa parroquial tal y como ha llegado hasta nuestros días.
 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario