jueves, 1 de agosto de 2013

EL ROMÁNICO EN VIGO I. SAN SALVADOR DE CORUXO.



En contra de la muy extendida creencia de que la ciudad de Vigo tiene una historia relativamente reciente , lo cierto es que a poco que raspemos la superficie comienza a aflorar en ella una rica y completa cultura. Y lo cierto es que Vigo y su comarca vivieron durante los siglos XI,XII y XIII  una época de esplendor como lo atestiguan las hasta 15 Iglesias románicas con la que llegó a contar, tales como las de Santa María y Santiago de Vigo, Freixeiro, Beade o Sárdoma. Por desgracia, solamente permanecen en pie, y en algunos casos no conservando sus rasgos románicos en su totalidad, tres de aquellos templos.


Pero además de los referidos templos, cuenta esta ciudad con dos muestras más de arquitectura románica que muchos vigueses suelen desconocer, y es la existencia de dos puentes románicos, situados en Castrelos y Sárdoma. Ambos han sido incluidos en el catálogo de bienes patrimoniales de la Xunta de Galicia. El primero de ellos se encuentra en plena ciudad de Vigo, muy cerca del parque de cástrelos. Cuenta con un solo arco de medio punto y su finalidad hoy en día es simplemente ornamental.

 El segundo, de uso peatonal, se sitúa  en la parroquia de San Pedro de Sárdoma, cruzando el río Lagares por el paseo fluvial de éste. Está formado por dos arcos de medio punto con un tajamar en el medio en contra de la corriente.



SAN SALVADOR DE CORUXO.



A 5 km de la ciudad de Vigo, a través de la C-550 (carretera de Camposancos) en su margen derecha y dirección hacia Bayona La Real, se encuentra la iglesia de San Salvador en la parroquia de Coruxo. Fue construida en su origen como iglesia monasterial no conservándose de este último actualmente vestigio alguno.




 
Pasó a depender el referido monasterio del benedictino de Celanova, por concesión del Rey Alfonso VII en el año 1142. Cuentan las crónicas que el Abad de Celanovés, Pelayo I, huyendo de la persecución a la que le sometió Dña. Elvira, hermana del Rey, se retiró al cenobio de S. Esteban sito en la isla de Coruxo (Toralla). Estudios realizados, demuestran un error en la ubicación del citado monasterio de S. Esteban, puesto que donde realmente se encontraba situado era en la actual isla Norte o Faro, perteneciente a las islas Cíes. Gran importancia tiene para el cenobio de Coruxo la fecha de 1.152. En ese año, el Rey Alfonso VII, además de concederle a éste el privilegio de coto, le dona además el eremitorio de S. Esteban y la isla donde éste se encuentra, dependientes del de Celanova. 
 
 
En el año 1.378 el obispo de Tuy permutó con el monasterio de Celanovés la iglesia de Sta.María Magdalena de Ribadavia por el Monasterio de Coruxo y la isla de S.Esteban, con el cenobio que ésta albergaba.

Exterior de la Iglesia.
 
Como anteriormente he señalado, fue iglesia conventual desde el S.XII hasta el XIV en que pasa a ser parroquial. De la originaria fábrica románica únicamente se conservan los tres ábsides de la cabecera. Se trata de una iglesia de planta de cruz latina, de una sola nave con otra de transepto y tres capillas absidiales en el testero con un tramo recto que las une a la nave. El ábside sur ha perdido el alero en el tramo recto. En el centro se abre una saetera de arco semicircular con chambrana de billetes y arquivolta baquetonada. Se apoyan las arquivoltas sobre una imposta que descansa sobre dos columnas en cuyos capiteles apreciamos dos figuras humanas desnudas con los brazos en jarra. Como consecuencia de su deterioro y desgaste, no es sencilla su identificación, pudiéndose tratar de Adán y Eva, pero se trataría de una simple hipótesis.
 
 
 
 
 


Son curiosas las basas de la columnas, de perfil ático con garras. Pasemos ahora a analizar el ábside central. Es de mayor altura y anchura que los laterales pero de mayor sencillez que éstos. Sus vanos no cuentan ni con arquivoltas ni columnas, únicamente una abertura semicircular abocinada. Finalmente, el ábside septentrional cuenta con una ventana abocinada similar a la de su homólogo del sur. Sin embargo, en este caso a las columnas les faltan las basas y fustes, conservándose únicamente los capiteles con decoración vegetal. Cuentan todos ellos con canecillos de variada decoración:proa, dientes de sierra, baquetones transversales….

Interior.
 
Lo primero que llama la atención en el interior de esta coqueta iglesia son los ábsides. Todo ellos tienen la misma estructura. Bóveda de cuarto de esfera que descansa sobre imposta que, a su vez, divide los ábsides en dos cuerpos verticales.


Pequeña saetera muy simple sobre columnas con capiteles vegetales en cada uno de los ábsides laterales. El central es iluminado por tres ventanas de similar forma que las anteriores pero carentes totalmente de decoración. En el transepto, bóvedas de arista. Los nervios de dichas bóvedas, con florón decorando su centro, descansan sobre pilares cruciformes que comunican con los ábsides y sobre impostas apoyadas en ménsulas en el extremo que comunica con la nave.